Barbara van Dyke nació y creció en la agitada época del jazz y la Prohibición en Estados Unidos. Su padre trabajaba en Wall Street y ayudaba a promover y dar a conocer a los pioneros de la era informática.
A los diecisiete años, Barbara tenía su propio coche deportivo, probó suerte en las carreras de tierra y aprendió a volar. Visitó bares clandestinos y experimentó haciendo ginebra en la bañera. El padre de Barbara murió a los cincuenta años, poco antes de la caída de Wall Street. El futuro era precario para la madre viuda y el hermano de Barbara. Por primera vez, Barbara se vio obligada a pensar en alguien más que en ella misma.
Un encuentro fortuito en una playa la introdujo en el Grupo Oxford y su vida cambió radicalmente. Se convirtió en secretaria del reverendo Sam Shoemaker en la Iglesia del Calvario de Nueva York, cuando éste trabajaba en asociación con Frank Buchman. Fue durante este tiempo que nació Alcohólicos Anónimos.
Durante los años siguientes formó parte de un equipo altamente calificado que apoyaba el trabajo de Buchman, a menudo cocinando las comidas que reunían a personas de diversos orígenes. A pesar de ser totalmente opuestos, su matrimonio con Alan Thornhill, poco después de la guerra, demostró que las diferencias pueden ser la salsa de la amistad.
Juntos se desplazaban constantemente, pero Barbara creó un hogar allí donde estaban y continuó con un espíritu de hospitalidad radical. A lo largo de los años, ayudó a hacer posible el trabajo de Alan, ya fuera en el teatro del West End o en una iglesia rural de Sussex. Tras la muerte de Alan's en 1988, se reunió con su hija, Susan, y su familia en Richmond, Virginia, donde murió;