El profesor Cornelius Marivate nació y creció en una estación misionera suiza cerca de la frontera con Mozambique, en la provincia sudafricana de Limpopo.
"Mi padre era maestro de escuela allí y más tarde se convirtió en pastor", dijo a Anthony Duigan hace unos años en un artículo para la revista For A Change. "Yo seguí sus pasos". En 1948, a los 21 años, empezó a dar clases en una escuela primaria mientras estudiaba por correspondencia para obtener su certificado de estudios.
Fue en esta zona pobre donde se produjo el punto de inflexión de su vida. "En aquella época, Sudáfrica estaba todavía en los primeros días de la implantación del apartheid formal", recuerda. "Viajando por algún lugar del norte, acabé en el lado equivocado de los puños de un policía de tráfico y acabé en un hospital de misión donde conocí a una doctora suiza, Margaret Zuber".
"Enfadado y amargado por el trato del policía, fui candidato a recibir algunos buenos consejos, ¡ninguno de los cuales quería escuchar!". No obstante, la doctora Zuber le convenció para que fuera a una conferencia de Rearme Moral (ahora llamado Iniciativas de Cambio) en Johannesburgo. "Allí vi ejemplos sobresalientes de personas blancas y negras trabajando juntas como iguales para resolver problemas".
También se encontró con la necesidad de un cambio personal. "Vengo de una familia de la iglesia; siempre fui una persona que rezaba", dijo. "Pero había rezado sin descubrir realmente mis defectos. Al enfrentarme a las cuatro normas, tuve que mirarme a mí mismo de una manera que nunca había hecho en mi vida". Un paso práctico que dio fue ser honesto y devolver los fondos que había robado mientras era tesorero del sindicato de profesores. "Me puso en un camino del que nunca pude volver atrás", dijo.
Cuando se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Sudáfrica en 1963, le invitaron a incorporarse al Departamento de Lenguas Africanas de la Universidad como profesor. Hizo su tesis de maestría sobre los cuentos populares tsonga y su doctorado, en 1982, sobre "la ideofonía, o la onomatopeya, en las lenguas africanas". Llegó a ser director del departamento y se jubiló en 1992.
Cornelius Marivate amaba la música y formó muchos coros, sobre todo en su propia iglesia. A los 71 años, era la principal autoridad sudafricana en literatura y canciones populares de su propio pueblo tsonga.
En 1994, en las primeras elecciones democráticas y libres de Sudáfrica, el profesor Marivate fue elegido diputado del Congreso Nacional Africano y tuvo que trasladarse a Ciudad del Cabo, donde tiene su sede el Parlamento. Cumplió un mandato de cuatro años.
A lo largo de los años, el profesor Marivate colaboró en varios programas de formación de jóvenes y también participó y ayudó a iniciar varias conferencias del RM/IdeC. Viajó mucho en nombre del RM/IdeC y formó parte del Consejo del organismo sudafricano durante muchos años. Fue presidente de 1993 a 1995.
Un epitafio adecuado es el resumen de su visión: "Me gustaría que los sudafricanos fueran vistos como personas capaces de construir una verdadera reconciliación y de resolver las cosas sin venganza. Si puedo ayudar a que esto ocurra, habré contribuido con algo realmente valioso".